lunes, 7 de septiembre de 2009

En primera persona

Por Natalia Laube

“El tiempo de los ensayos está por empezar. Estuve casi dos o tres semanas esperando que la escritura sea, pero nada parecido sucedió. (Aquí deberían escucharse risas grabadas). El espectáculo gira alrededor de Dostoyevski: sus obras (algunas) y anécdotas de su vida; una suerte de blog literario del bueno de Fedor. O mejor decir: un blog teatral. ¿Es posible tal cosa?”. El 17 de abril de 2005 –eso es: hace poco más de cuatro años– Alejandro Tantanian subía éste, su primer párrafo, al blog de Los Mansos que acababa de crear. Su idea era dar cuenta del proceso creativo de una obra que debía estrenarse unos meses después en El Camarín de las Musas y que –él no lo sabía en ese momento– alcanzó repercusión y una infrecuente cifra de permanencia para el off local: tres años en cartelera.
Tantanian inauguraba con ese post –al menos en lo que a espectadores o cibernautas porteños respecta– un arma nueva que hoy no discrimina entre directores experimentados y grupos emergentes: el blog teatral. Y es que, al parecer, sí era posible tal cosa.
Y, si no fue el primero (sería injusto asegurarlo; es imposible afirmar con precisión quién llegó antes a las plantillas de Blogspot) el director de Los Mansos sí tiene un mérito del que puede jactarse: fue, con seguridad, el cultor de un modo de fusionar ensayos y virtualidad que sirvió de inspiración a más de un compañero suyo y que hoy sigue nutriendo el proceso de cada una de sus obras (para comprobarlo se puede visitar lossensuales.blogspot.com o franzkafkaamerika.blogspot.com, bitácoras de sus trabajos más recientes, que estrenó en Buenos Aires y la ciudad alemana de Mannheim, respectivamente).
Especie de testigo privilegiado de los ensayos, el cuaderno virtual de Los Mansos (losmansos.blogspot.com) se convirtió en el diario de un proceso en una escena en la que la exploración de procesos no es moneda corriente: si en otras ciudades del mundo los investigadores de artes escénicas siguen desde el primer ensayo hasta la última función las obras más relevantes para dar cuenta de sus procesos, en Buenos Aires la posibilidad de poseer un archivo de trabajo corre exclusivamente por cuenta propia. Y el blog se convirtió en un buen aliado para directores, dramaturgos y actores. “Lo primero que me apareció cuando conocí la plataforma fue la idea de pensar un espectáculo que tuviera la forma de un blog”, recuerda Tantanian. “Había algo de la estructura de los posts y del encuentro diario con esa herramienta que yo sentía que me podía ayudar a construir una suerte de gramática del espectáculo. A partir de eso, la idea fue dar cuenta de una fase del proceso de la que casi nunca hay rastros en Argentina. Y como herramienta de trabajo de la puesta en escena es de mucha utilidad: los ensayos terminan y uno sigue pensando en el espectáculo; y no es un pensar para adentro, sino pensar para que alguien te lea. Eso hace que tengas otra forma de plantear y plantearte las ideas”, apunta.
Y acaso en esa intención de “plantear ideas” sobre el proceso previo radique un aspecto clave para clasificar los blogs teatrales, que florecen en la web de manera proporcional a la oferta de obras: la cantidad y calidad de los posts dedicados a la etapa de ensayos (esa fase de acceso restringido a la que el espectador no tiene acceso), diferencia un blog creado con el único objetivo de difundir una obra, de aquel que busca aportar algo más: después del estreno, la misión de casi todos los blogs se reduce a la de un archivo de notas de prensa y críticas. Reproducir lo elaborado por otros no parece ser tarea difícil: lo interesante para los directores embarcados en la ambiciosa tarea de dar cuenta de sus procesos creativos, entonces, ocurre unos meses antes de estrenar. “Abrí el blog de Buscado para dar cuenta del proceso creativo, para mí y para quien se interese. No para difundir, sino como un elemento de presentación del espectáculo. El espectador puede ir desde ahí al blog de mi trabajo anterior, Ifigenia en, y seguir un proceso, entender mejor por qué mi fuente de inspiración es la cosmovisión del mundo griego antiguo”, comparte Agustina Gatto, dramaturga y directora de Buscado (su blog puede visitarse en buscado.blogspot.com). Gatto estrenó su obra a fines de abril, pero posteó sus primeras impresiones e imaginaciones sobre el trabajo que estaba emprendiendo en julio de 2007.
Pero toda regla tiene sus excepciones. En el blog de Crudo (crudoteatro.blogspot.com), la línea divisoria que traza el estreno para convertir una bitácora reflexiva y confesional en un archivo periodístico no parece haber hecho efecto: en el rincón virtual de la puesta de Mariela Asensio y José María Muscari conviven opiniones del público anónimo y famoso, lamentos y desahogos cuando las funciones no salen como estaba previsto, autobiografías, fotos personales, críticas, algunos intentos de análisis sobre la puesta en escena y posteos desde el escenario. “La obra es muy tecnológica y nos pareció buena idea fusionar lo que pasa en escena con lo que pasa afuera. El blog, desde el principio, fue un medio expresivo que podía sumar al trabajo y a tener la opción de conectarse con el exterior en una instancia en la que generalmente se piensa el trabajo como algo privado. Eso nos pareció interesante: el blog abrió un canal. A veces tengo la sensación de que los que lo visitan nos aportan mucho más de lo que les aportamos nosotros. Ellos lo siguen, opinan, participan, votan en las encuestas. Nos ayudan a pensar y repensar la obra”.
Y aunque el blog de Crudo cumple, además, una función escénica, encuentra –como la mayoría de las bitácoras teatrales– sus mayores virtudes en las posibilidades extraescénicas que otorga la herramienta. “Siento que me da la posibilidad de rectificarme de errores o de poder dar a conocer a otras personas –incluidas las que trabajan conmigo– mi mirada sobre lo que ocurre cuando estoy haciéndola”, confiesa Muscari. Completa, en la misma línea, Agustina Gatto: “En el espectáculo no pongo las diferentes tesis, pensamientos e hipótesis que tengo sobre Buscado; ponerlos sería imposible, antinatural. En el blog sí puedo decir las múltiples cosas que pienso, relacionar determinado aspecto del trabajo con algunas de mis influencias; hablar, por ejemplo, de mi amor por el mito y la tragedia. Eso puede aportarle a un espectador curioso, inquieto, interesado en el detrás de escena, una visión de cómo se pensó el espectáculo que vio. Y podrá de esa manera entender algo más o, por el contrario, quedar desconcertado”.
Pero entonces, ¿puede cambiar un blog la forma de ver y de acercarse a una obra? ¿Puede modificarse la mirada de los espectadores en una época en la que, como nunca antes, se tiene acceso al backstage de un espectáculo teatral? Quizá la respuesta más atinada sea sí, pero a medias: el discurso de un director seguramente modifica a un espectador, pero no lo hace en mayor medida que los metadiscursos que históricamente cercaron una obra teatral. Lo explica Tantanian: “Yo no trabajo pensando en que el espectador va a leer los 150 posts de un blog antes de ir a ver mi obra. Lo que sí creo es que a quienes se interesan y leen se les abre un nuevo lugar. Por ejemplo: vos leés una novela de Thomas Mann. Ahora, si sabés cómo la escribió, qué le pasó cuando la escribió y cómo fue ese proceso de escritura, seguramente vas a tener otra forma de aproximarte a la novela. Pero la novela va a seguir siendo siempre la misma. Con una obra pasa igual: teatro sigue siendo lo que sucede una noche en particular, frente a un determinado público. Lo demás es información otorgada a través de una herramienta”.

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