4 Preguntas a:
Matías Feldman
1. ¿Te parece que se están repitiendo lenguajes en las obras de teatro que ves o notás que está apareciendo algo personal?
No sabría contestar eso. No creo estar viendo tanto teatro. Por otro lado, creo que mi generación, la que le sigue a los que surgieron en los 90 estamos recién entrando en la madurez creativa ahora. Por otro lado, me resulta cada vez menos útil pensar en la generación anterior. Cada vez menos siento una diferencia generacional. Me parece que somos colegas y que estamos ya para hablar de teatro propiamente dicho, en lugar de lo “generacional”.
2. ¿A quiénes reconocés como los maestros de los lenguajes de las obras que aparecen en el teatro independiente hoy?
Supongo que los creadores que aparecieron en los 90 y encontraron su madurez en los 2000. Spregelburd, Daulte, Veronese, y anteriores como Bartís.
3. ¿Te parece que es importante el parricidio en el arte?
Por supuesto. Pero eso es un camino muy personal. Pero claro que la madurez creativa de la que hablaba se da necesariamente cuando uno mata a sus papás creativos. Sino uno queda como una mera copia. Como efectivamente pasa en muchos casos.
¿Personalmente te preocupa discutir con los lenguajes anteriores?
No. Me interesa una mirada hacia mi propio camino. Justamente mirar demasiado los lenguajes de los antecesores es parte de la inmadurez. Si hago en relación a lo que hicieron (ya sea copiando o haciendo lo opuesto), sigo atado a esa mirada. Personalmente, ya no me preocupa eso. También cabe aclarar que esos lenguajes “anteriores” no son anteriores, siguen vigentes. E insisto que mi generación es llamada usualmente para hablar de este tipo de cuestiones pero no de teatro propiamente dicho, de nuestra particularidad creadora, que es algo de lo que sí me interesaría hablar.
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Elisa Carricajo
Antes que nada quisiera hacer una salvedad. A la hora de hablar de los maestros de los lenguajes de las obras que aparecen en el teatro independiente hoy me cuesta pensar en el teatro independiente como una totalidad. Hay mucho teatro en Buenos Aires, con muchas influencias diferentes. Yo me siento capacitada para pensar en los lenguajes que me influyeron a mi y a las personas de mi generación con las que trabajo y las personas que trabajan con personas que yo trabajo y así. Es decir un círculo pequeño y acotado dentro del gran panorama de todo lo que hay en teatro en Buenos Aires hoy en día.
Hecha esta salvedad podría nombrar como maestros a Daulte, Bartis, Spregelburd, Tantanian, Veronese y Audivert entre otros. Todos ellos además se han dedicado en mayor o menor medida a la docencia por lo cual entiendo que lo de maestros funciona en un doble sentido: uno más literal de “docentes” y otro más general de admiración e influencia.
No creo que actualmente sus lenguajes se “repitan”. Aunque sí en algunos casos puntuales eso sucede, creo que más bien lo que pasa es que en la nueva generación aparecen nuevos lenguajes que sin embargo no mantienen un diálogo de ruptura con estos maestros. La gran diferencia es que en el caso de ellos, de los maestros, sí hubo un diálogo de ruptura con la generación anterior que actualmente no se produce. Entonces aparecen nuevos lenguajes que, sin dejar de ser nuevos, no se preocupan por romper con lo anterior.
En lo personal no siento que esto sea una preocupación a la hora de producir. Tal vez porque estos maestros no funcionan generacionalmente como unos padres si no, mas bien, como unos tíos jóvenes o unos hermanos mayores. No siento que exista una distancia entre las miradas que genere un deseo de romper con ellos. Creo que esto tiene que ver con las transformaciones que se produjeron en el mundo y en los paradigmas de pensamiento de la generación que producía en los 70 y los 80, y de la generación del ´90 hasta ahora. El mundo en el que nuestros maestros comenzaron a generar sus producciones, los años ´90, sigue siendo de alguna manera un mundo mucho mas parecido al de hoy que al de los 70 y parte de los ´80. Los grandes temas siguen siendo los mismos y eso me parece que hace que no haya una necesidad de ruptura si no mas bien una búsqueda mas personal y hasta generacional de lenguajes, pero guiada por otros intereses. A veces la ruptura se produce, pero sin dialogar en esos terminos con lo anterior.
Por otra parte tampoco está tan claro con qué habría que romper. Los lenguajes de estos maestros no forman tan claramente “un cuerpo”. Tienen en común más que nada la ruptura con la generación anterior y un fuerte énfasis en la transformación de la estructura de producción del teatro. Esa estructura de producción, con la cual nos formamos la generación de la que formo parte, todavía sigue en vigencia y creo yo se sigue profundizando.
Tal vez la gran diferencia entre una generación y la otra sea que ellos se formaron en una estructura de producción y generaron otra y nosotros nos formamos ya en esta estructura de producción y desde ahí generamos. Esa es la mayor distancia que siento: lo que para nosotros fue natural, dado, para ellos fue un trabajo y eso produce una cierta distancia generacional pero que no siento que influya tan claramente sobre el lenguaje.
Por ejemplo: algunas innovaciones de lenguaje, a mi gusto muy interesantes, se producen actualmente en obras que evidencian dentro de sí mismas las condiciones de producción que las generaron. Pero como esa sea tal vez una lectura solo para entendidos, la obra y su lenguaje, no siempre filtran de una manera tan clara estas condiciones de producción. Otro buen ejemplo de esto es la aparición de una gran número de mujeres dramaturgas y directoras dentro del panorama teatral actual en Buenos Aires. Se produjo un cambio a nivel de las condiciones de producción, de alguna manera está más habilitado que las mujeres ocupen esos roles. Obviamente yo, siendo mujer, veo esto con buenos ojos pero al mismo tiempo estoy convencida de que no ha generado una ruptura de lenguaje en particular. Cada directora, quien y quien menos, genera su pequeña ruptura, la aparición de su mirada personal. Pero no por eso hay “una estética” femenina, hay simplemente mas mujeres que escriben y dirigen. Y si bien esto genera la irrupción de la temática de lo femenino en el panorama teatral de Buenos Aires, la mirada en cada caso sobre eso mismo: “lo femenino” es tan distinta que a mi entender no termina siendo significativa en términos de lenguaje. O al menos no permite leer la aparición de un nuevo lenguaje en términos generacionales.
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Cristian Drut
1. Supongo que nos estamos repitiendo desde hace tiempo. La pregunta que yo me vengo haciendo es si hago lo que quiero o si creo que hago lo que quiero pero tampoco es algo privativo del teatro. Parece que así vivimos . No me siento con derecho como para hablar en relación al teatro en general, puedo decirte que en mi caso particular estoy metido en una gran confusión y si bien seguramente están apareciendo espectáculos personales a mi me está costando reconocerlos.
2. Parte de mi confusión radica en no tener muy en claro de qué hablamos cuando hablamos de teatro independiente.
3. Me parece que eso es algo que no le pertenece al arte solamente. Estamos hablando de algo que está en la naturaleza. Las personas nacemos y morimos y en medio de esto aparece la relación natural entre padres e hijos, maestros y discípulos. Probablemente la historia del arte también se ha nutrido de estas relaciones conflictivas.
Me preocupaba discutir con los lenguajes anteriores mucho más antes. Desde mi punto de vista vivimos en una época en donde hace falta reconocer esos lenguajes anteriores. También es algo que está en la naturaleza: la pelea y la discusión con los mayores, la confrontación, el desafío. Pero esta es una época en donde está todo destruído y quizás lo que haya que hacer es recomponer ciertos arquetipos. Me fui dando cuenta con el tiempo que es más lo que no sabía de aquellos lenguajes del pasado que lo que conocía. Hablaba por hablar, de cosas que ni sabía. Hoy me parece imprescindible ir a ver a actuar a Gené o a Pavlovsky y me alegra haber tenido el privilegio de haber visto montajes de Ure y de Fernándes. ¿Me habré vuelto un nostálgico?
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Bernardo Cappa
1. Considero que se está agotando la búsqueda personal y eso me resulta muy positivo ya que el teatro es un arte colectivo. Esa búsqueda colectiva por lo tanto tiene otras velocidades y otras formas de manifestarse. Me parece que al mismo tiempo los formadores de opinión deberían cambiar su forma de mirar, todavía buscan que lo nuevo aparezca como apareció lo que ahora consideran viejo. Me parece que algo se está gestando que todavía es confuso, impreciso, desprolijo porque además creo que surgirá de la actuación, veo que hay varios lugares dónde se organizan encuentros para actuar, encuentros desestructurados, dónde no se hace prensa y sin embargo esos espacios se llenan de gente con ganas de vivir una fiesta teatral y lo novedoso es que no se van decepcionados, en esos espacios lo que sucede es muy vital, tosco es cierto pero con una gran fuerza que contagia ganas, ganas de actuar, ganas de seguir viviendo pese al Dengue, la gripe A, Macri y De Narvaez.
2. En dramaturgia el maestro es Mauricio Kartun, después surgen autores con algunos procedimientos que se repiten en otros, en dirección el maestro es Rubén Schumacher y en actuación Ricardo Bartís. En general el recorrido de los alumnos por estos maestros ha dado muy buenos resultados. Sin embargo considero que han prevalecido los procedimientos de dramaturgia y dirección que ha dado como resultado espectáculos muy prolijos de fácil interpretación por parte de la crítica. Es alentador que esos procedimientos se estén agotando porque así quedará más huérfana la actuación y por lo tanto obligada a producir por si misma. Insisto estos espectáculos suelen no ser muy prolijos pero sí de una gran vitalidad.
3. No creo que sea posible hablar de arte en general. El teatro es como ya dije un arte colectivo por lo tanto tiene otras reglas. Además insisto en que lo nuevo, no aparecerá de la pluma de un dramaturgo o las ideas de un director sino de las formas de agruparse de los que quieran actuar y qué y cómo deciden actuar dentro de esas nuevas formas de agruparse. Entonces el parricidio o las discusiones con los lenguajes anteriores se darán o no dentro de un movimiento otro dónde será imposible identificarlo como se hacía antes, por eso repito; los formadores de opinión, los que piensan el teatro deberán moverse de su lugar para poder mirar lo nuevo, esa fuerza a la que el parricidio y las discusiones con los lenguajes anteriores le produce una gran sonrisa, nada más que eso porque no puede perder el tiempo, tiene ganas de actuar de hacer algo con esta realidad que se pone muy espesa.
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Mariana Chaud
1. En lo general, veo más repeticiones que sorpresas. Por supuesto que hay excepciones y muy buenas obras de teatro, no creo que todo lo que se produce sea pura repetición.
En lo personal, hace mucho que no me sorprendo viendo un espectáculo...
2. Me parece que hay tres grandes tendencias en cuanto a lenguajes heredados (o por lo menos son los que más mayor influencia tienen en mí): una que trabaja con el actor como productor de sentido, en estas obras la dramaturgia se arma a partir de las habilidades de los actores y de los efectos o juegos teatrales que éstos sean capaces de producir (Bartís). Otra es la que se llamó Nueva Dramaturgia (Spregelburd, Daulte) en las obras de estos escritores/directores, un procedimiento nuevo es descubierto y regalado en cada obra: una historia es contada de una manera particular. La última tendencia es la que tiene que ver con borrar los límites entre ficción y realidad o mejor, entre arte y vida, estos son los experimentos teatrales de Vivi Tellas o Federico León.
3. ¡No creo que haya que matar a nadie para hacer una buena obra de teatro! Sí creo que cuando se idealiza a un maestro/padre es preciso olvidarlo para que el peso de la influencia no sea excesivo y acabe por paralizar a quien se dispone a crear.
4. No me interesa tanto discutir con lenguajes anteriores ya que no necesito que respondan a lo que yo hago -y una discusión es un ida y vuelta-. En cambio, muchas veces me interesa hacer un uso de esos lenguajes anteriores para contar algo o servirme de un procedimiento antes utilizado para crear otra cosa. Eso sí, lo hago sin ningún respeto o sentimiento de deuda o de culpa. Quizás sea más antropófaga que parricida.
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Romina Paula
1- Me parece que es imposible que no aparezca algo personal; me parece que se retoman lenguajes o que en diferente medida ciertos trabajos se inscriben o incluso adscriben a un lenguaje o una estética o a una forma de producción que tiene su propia historia en el medio, pero no veo que esto se oponga a la aparición de algo personal, aún si la técnica o la estética remiten a trabajos o autores anteriores.
2- Bartís, Veronese, Spregelburd, Daulte, Tantanian, El periférico de objetos, Catani, León, Catalán, Zorzoli, la literatura, el cine, las artes plásticas y visuales y la televisión.
3- Me parece que es importante la discusión en el arte, discusión en términos de diálogo. Creo en transitar ciertas técnicas o lenguajes e intentar habitarlas con algo personal. Cometiendo parricido se anula al interlocutor, ¿qué puede tener de interesante hablar solo?
4- Me parece que la discusión se produce entre los trabajos, nuevamente, no como pelea sino como diálogo, o, en determinadas ocasiones, como pelea también. Todas las obras que se dan en un momento determinado en una ciudad determinada componen un corpus, más o menos heterogéneo, donde conviven trabajos de gente con mucha experiencia con otros muy nuevos. Creo que el lenguaje es ese entramado; todas esas obras funcionando juntas. Pensar en términos diacrónicos en el teatro es raro, por esa propiedad evanescente de la representación teatral.
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Mariela Asensio
1. Creo que hay un poco de todo. es innegable que existen obras donde aparece una fuerte influencia de los llamados padres. Aun así, me parece que lo personal tiene protagonismo y eso me gusta. Hay creadores muy jóvenes cuyas búsquedas son realmente viscerales, Lo que hacen es absolutamente genuino y no se parece a nada. Recrean mundos que no había visto en otras obras con un humor y una pluma muy auténtica. Tal es el caso de Maruja Bustamante o de Agustina Muñoz, por citar algunos ejemplos.
2. En términos generales, veo muchas obras con una fuerte influencia de creadores como Spregelburd, Veronese y Bartis. En lo personal, crecí y me forme viendo las obras del periferico de objetos y de Veronese. Esas experiencias me hicieron cuestionarme y pensar el teatro que quería hacer, e inclusive me hicieron reflexionar acerca del teatro en si mismo. Lo mismo que me ocurrió estudiando con Kartun. Yo creo que la influencia debe servir para eso, para que uno piense y reflexione; pero luego es necesario despegarse y tener una mirada personal.
3. Me parece que es importante tener una búsqueda genuina. Encontrar una poética propia, aunque ya todo este inventado; hablo de poder desarrollar en el trabajo ideas y obsesiones personales, y no de otros. No creo necesario matar o anular a nadie para alcanzar esto. Todo lo contrario, creo que reconocer a los padres es justamente lo que te permite diferenciarte de ellos.
4. Sinceramente, no sabría sobre que discutir. En términos de análisis y comparación creo que la discusión no es algo de lo que debamos ocuparnos. Lo que debemos hacer es seguir creando y también creo que debemos ver teatro, ver el teatro que hacen lo otros. Y a partir de esto intercambiar ideas y sacar nuevas conclusiones.
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Alfredo Ramos
1. Más de lo mismo. Teatro con sillas y actores que aguardan turno para hablar a la platea o si no, muchachos o chicas que se hacen los raros o los graciosos. Si no, el mas vendedor, el de quirófano: psicologismo indigesto, estilos "alemanes", autores "ingenieros ocurrentes", para espectadores inteligentes rango ABC1 de entre 27 y 35 años. La mersada. Asepsia total. En todos los casos teatro de toma de rehenes. "Te hacen la emboscada" (Papapleo dixit).
2. Cinco ó seis kioscos producen alguna de la mercadería que se vende mas. Marcas registradas que no pasan por la aduana, les ponen 5 estrellitas y se exportan antes de estrenar. Como La Salada, marcas prestigiosas con los mismos modelitos copiados de Europa. Casi 20 años de la misma sopa, el mismo carbónico, el mismo mimeógrafo. Gente que entendió el "negocio" y tiene la vaca atada.
3. Hay padres a los que habría que hacerles tratamiento de conducto sin anestesia y otros a los que el cielo no alcanzaría para pagarles tanto bien. A veces, la orfandad es saludable. Algunos le agarraron la pata a Dios y se compraron una máquina de hacer chorizos.Cuando la gente se avive no va a ir mas al teatro.
4. ¿Personalmente te preocupa discutir con los lenguajes anteriores?
En absoluto, me expulsé de esos teatros. Me preocupa cotejar lo que hacen Kartun, Pavlovsky, Bartís, su teatralidad, su resonancia con la sensibilidad y su poética extraordinaria, ver como el actor actúa sin que sea una propuesta escenografica automatizando textos inodoros, insípidos, incoloros, la profilaxis total, el Espadol.
domingo, 4 de abril de 2010
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